“El hombre que pensaba en diagonal” (fragmento)
“Un jueves, cuando Eugenio quiso lavarse los dientes como todas las mañanas, el agua se le cayó de la boca por la comisura derecha de sus labios. Con esa serenidad que ostentan a menudo los grandes humoristas, se miró al espejo, dispuesto a guiñarse un ojo a sí mismo. El ojo izquierdo guiñó como siempre, pero el otro no…”
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“…Matilde suspiró aliviada. Al cabo de poco tiempo la cara de Eugenio ya estaba derecha. Habían descolgado del árbol al doctor Piñeiro, y éste le recetó una pomada. El incidente parecía olvidado, salvo que Eugenio seguía pensando en diagonal. Para sentirse más cómodo, hizo cortar una pata de su sillón preferido, y comenzó a deleitarse con la contemplación de inclinaciones y pendientes. Nunca más volvió a caminar derecho. No porque no pudiera. Más bien por convicción.”
“Caras prestadas” (fragmento)
“…Las caras van y vienen por el universo”, balbuceó excitado, “en busca de cuerpos que acepten utilizarlas, aunque más no sea por un instante…”
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“…Cuando una cara se instala en una persona, ésta no tiene por qué enterarse”, dijo Joaquín. “A veces llevamos a pasear los rasgos de otros que ni siquiera conocemos. Y es posible que en otras dimensiones, otros seres hagan lo mismo con los nuestros.”
“Sobre nalgas y otras redondeces”(fragmento)
Santiago, de vacaciones con su esposa Eurídice, observa las nalgas de algunas mujeres en la playa. Sus investigaciones lo llevan a conclusiones y situaciones sorprendentes.
“…En la rambla le confió por primera vez, que contemplaba seriamente la publicación de un texto de varios tomos, o por lo menos de una antología cular, con los comentarios y declaraciones más autorizadas en la materia. Sería el comienzo de una larga serie de acciones para el estímulo de esta nueva ciencia. Después de algún tiempo intentaría fundar una cátedra especializada en la universidad, y más adelante promovería la creación del Instituto Nacional de Culometría, disciplina tan imprescindible para el análisis sistemático de los distintos ejemplares y sus respectivas características, como lo es la cartografía para los geógrafos.
“A ti siempre te ha gustado hacerlo todo a lo grande”, exclamó Eurídice, no sin un dejo de orgullo por estar casada con un cerebro tan privilegiado. A Santiago, en cambio, le pareció que lo estaba tomando en broma, cosa que le molestó bastante…”