“Gerona Hebraica”


Piedras magulladas, y muros malheridos
Por el impacto de desastres inauditos.
Onyar marrón fluyendo en lecho verde.
Una luna evasiva invoca inciertos avatares,
Entre nubes profanas de ceniza y mazapán.
Las hojas violetas son de otoño matutino.

Albores desmedidos de presagios contundentes;
senderos clausurados por manos delirantes y culpables.
Inercias centenarias de extraños circunloquios;
aldabas ancestrales…, aljibes de canela y azafrán.
Voces de cábala hebrea, talladas en el tiempo oscuro,
resuenan en espacio catalán de medioevo.

Un sol azul colgado en firmamento titilante;
las lápidas resucitando a gritos.
Las manos extendidas con prudente atisbo
de convivencia interrumpida, ansiosas de tocar
el alma en medio de una lírica confusa
de aromas, de colores herrumbrados y arenosos.

                        (Gerona y Jerusalem, 22-11-1999)