“El ataque a la AMIA” (una paráfrasis)
Desde el fondo animal de la escoria
un estruendo golpeó a mi nación,
más allá de la infamia rugiendo
su más cruento y más vil vozarrón.
De las calles partió un gemido.
En las piedras quemadas al sol,
centelleando aún desde el ruido,
la tristeza infinita cundió.
Las zozobras del alma en un hilo,
las urdimbres del ser al morir.
Las tinieblas ya cubren el abismo,
intentando negar y encubrir.